El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha vuelto a avivar la polémica tras afirmar que llevar mascarilla es "de gays". Bolsonaro, contagiado de coronavirus, preside un país que ya roza los 1.700.000 contagios.
Las palabras del presidente no han pasado desapercibidas en las redes sociales, donde múltiples usuarios han criticado su actitud y han abierto un hashtag contra la homofobia: #coisadeviado, traducido como #cosadegays.
En el país, el 96% de los municipios ya han registrado algún caso de coronavirus, y ya se rozan las 68.000 muertes. A pesar de ello, Sao Paulo abrirá parques y gimnasios a partir del lunes.
El propio presidente brasileño, de 65 años, informó ayer de que padecía la infección, y aseguró que se encontraba "perfectamente bien". De hecho, Bolsonaro llegó a asegurar que se estaba tratando con hidroxicloroquina.
Durante los últimos meses, Bolsonaro ha desafiado casi a diario al virus, al que llegó a calificar de "gripecita", circulando por las calles en plena cuarentena, al asistir a actos públicos sin la máscara preceptiva, abrazando y besando a partidarios sin cuidado alguno y con un desdeño constante frente a la enfermedad.