Las llamas siguen avanzando sin control. Después de una semana, el fuego ya ha arrasado más de 200.000 hectáreas y las condiciones meteorológicas no ayudan: la ola de calor y las fuertes rachas de viento hacen que siga extendiéndose.

Una situación "impredecible y peligrosa", según las autoridades del país, que ha obligado a evacuar a más de 80.000 habitantes de esta localidad literalmente rodeada por el devastador fuego.

Tras abandonar sus casas, miles de evacuados permanecen en polideportivos. Sheryl pensó que el incendio duraría uno o dos días pero ahora no sabe cuándo podrán regresar: "¿Tendremos una casa a la que ir? ¿Dónde vamos a vivir?".

100 helicópteros, unos 30 camiones cisterna, varios aviones y más de 1.200 bomberos luchan por controlar las llamas. Adam es uno de esos bomberos a los que se les trata como a auténticos héroes: "No me considero un héroe. He conocido muchos más héroes en esta experiencia  que no pensé que existirían".

De momento no se han registrado víctimas mortales pero según algunos analistas, las pérdidas materiales provocadas por la magnitud de este incendio podrían superar los 6.000 millones de euros.