Boris Johnson renuncia como líder del Partido Conservador y como primer ministro de Reino Unido, aunque se mantendrá en el poder hasta que se designe un nuevo mandatario. El 'premier' ha cedido a las múltiples presiones que en las últimas horas se han sucedido para exigir su dimisión. Hasta 50 miembros de su Ejecutivo han abandonado el Gobierno en las últimas horas para evidenciar su descontento con el mandatario.
"He hablado con el Partido para entablar el proceso que va a empezar y el calendario lo nombraremos la semana próxima. He nombrado un nuevo gabinete que conduciré hasta que haya un nuevo líder", ha explicado el primer ministro, que ha agradecido "la amplísima mayoría conservadora" que le alzó a Downing Street. "Estoy triste por dejar el mejor trabajo del mundo", ha añadido.
A pesar de que Johnson dimite como líder conservador, no dejará de ser primer ministro hasta entrado el otoño. El mandatario ha renombrado a toda su ejecutiva para este periodo. Durante este verano llevaría a cabo una carrera por conseguir el liderazgo de los 'tories'. "Lamento no haber convencido a mis compañeros, no poder seguir liderando estos proyectos, pero amigos: nadie es indispensable en la vida política. El Partido Conservador encontrará a otro líder que pueda dirigir al país", ha continuado explicado el 'tory' en una comparecencia ante los medios en la que ha asegurado que "apoyará" la decisión de la formación.
Tras esta decisión, se abren dos procesos, el más inmediato, el que servirá para buscar a la persona que le sucederá como líder de los 'tories'. Entre los nombres con más apoyos, según una encuesta, está el ministro de Defensa, Ben Wallace, seguido de la titular de Comercio, Penny Mordaunt, y del exministro de Economía Rishi Sunak.
El proceso arranca, precisamente, con las postulaciones de los candidatos. Si hay más de dos aspirantes, se abre una ronda de votaciones en las que van cayendo eliminados. Así, en una primera votación quedan fuera los que reciban menos de 18 votos entre los diputados 'tories', y en una segunda ronda quienes no superen el umbral de los 36. El proceso avanza hasta que sólo queden dos candidatos. En este momento, el Partido Conservador iría a una votación por correo de las que ya sale el ganador definitivo.
En total, cuatro de sus ministros abandonaban el poder antes que el 'premier' con una sangría que comenzaba con dos de los pilares del Gobierno: los ministros de Reino Unido de Finanzas, Rishi Sunak, y Sanidad, Sajid Javid. A estos le seguían el ministro de Infancia y Familia, Will Quince y el británico para Irlanda del Norte, Brando Lewis. Así hasta sumar medio centenar de cargos del Gobierno británico. 50 vacantes que tendrá que volver a cubrir hasta octubre.
El detonante de estas presiones para su dimisión tan solo un mes después de que Johnson saliera airoso de la moción a la que le sometieron los 'tories' se debe a otro escándalo que nada tiene que ver con el 'party gate'. El hasta ahora 'premier' tuvo que pedir perdón por designar responsable de la disciplina del grupo parlamentario conservador al diputado Chris Pincher pese a saber que se le había investigado por conducta sexual inapropiada.
Aunque Downing Street trató inicialmente de desvincular a Johnson de lo sucedido con Pincher, quien dimitió la semana pasada por haber realizado tocamientos no deseados a varios hombres en una reunión social, finalmente el 'premier' tuvo que admitir que ya conocía que había cometido esos actos en el pasado.
Sobrevivió a una moción hace apenas un mes
Una semana después del informe sobre los detalles del 'partygate', los conservadores británicos forzaban una moción de con fianza contra el primer ministro en la que, a pesar de que Johnson conseguía mantenerse en el poder, se constataba la pérdida de la confianza de más del 40% de sus parlamentarios. En concreto, Johnson apercibía 211 votos para su permanencia, y 148 en contra.
En el informe se detallaba cada uno de los encuentros protagonizados por Johnson y algunos de los miembros de la cúpula del Gobierno británico entre el 20 de mayo de 2020 y el 16 de abril de 2021, cuando el Reino Unido cumplía con unas estrictas medidas restrictivas a fin de contener la propagación del COVID-19, entre ellas la prohibición de reunirse. En ellas, Johnson se mostraba festivo, bebiendo alcohol y sin guardar ningún tipo de medida sanitaria.
Johnson no quería dimitir
El primer ministro británico siempre se ha mostrado reticente ante las voces que le exigían su dimisión. A pesar de los numerosos escándalos, Johnson ha sostenido siempre la importancia de su papel en el Gobierno. De hecho, hasta esta misma mañana incluso había planteado expulsar a miembros críticos con su postura en el Ejecutivo.
Antes de someterse a la moción de confianza de su Gobierno se disculpó por las fiestas en plena pandemia, pero volvió a incidir en esta idea: "Esta noche es una oportunidad para poner fin a meses de conjeturas y permitir que el Gobierno trace una línea y siga adelante, cumpliendo con las prioridades de la gente", detallaba en un comunicado entonces.
Ahora se marcha, dice, orgulloso de su trabajo y de los "logros de este Gobierno". Del Brexit, de su gestión de la pandemia, o de las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, aunque su propio partido no comparta la misma impresión.
Efecto inmediato en la economía
La dimisión de Johnson ha tenido un efecto inmediato en la economía de Reino Unido. La libra esterlina ha subido su cotización frente al dólar y la bolsa de Londres ha cerrado con ganancias, 81 puntos más respecto al índice de apertura.