El primer ministro y líder conservador británico, Boris Johnson, ha sido criticado tras negarse a mirar la fotografía de un niño de cuatro años enfermo y arrebatar el móvil al reportero británico que se la mostraba.
Durante un acto de la campaña electoral, Johnson arrancó el teléfono al periodista de ITV Joe Pike cuando, al preguntarle sobre el estado de la sanidad pública, este le quiso enseñar la imagen de Jack Willimant, que, afectado con posible neumonía, tuvo que dormir en el suelo por falta de camas en un hospital de Leeds (norte inglés).
Tras su reacción inicial, que Pike colgó en Twitter, el líder "tory" finalmente se sacó el móvil del bolsillo, miró la foto en la pantalla y lamentó lo sucedido a la familia, aunque insistió en que la mayor parte de los británicos tienen mejores experiencias "que este pobre niño".
La difusión del vídeo en la red social motivó numerosas críticas del público y la oposición política, entre ellos el líder laborista, Jeremy Corbyn, que dijo que al primer ministro "no le importan nada" ni la gente ni el impacto de los recortes de los conservadores.
El caso del pequeño fue publicado inicialmente por 'The Daily Mirror', al que la madre, Sarah Williment, contó que, aunque primero el hospital les ofreció una cama y oxígeno cuando fueron a urgencias, después se quedaron sin ella y su hijo hubo de dormir encima de unos abrigos.
Tras el revuelo causado por la reacción de Johnson, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, se ha desplazado rápidamente al Leeds General Infirmary, que a su vez se ha disculpado ante la familia.
Al ser preguntado más tarde por otros periodistas, incluida la BBC, por qué se había negado a mirar la foto del niño enfermo, el jefe del Gobierno no respondió directamente, sino que enumeró sus propuestas para mejorar el servicio nacional de salud (NHS, en inglés) si gana las elecciones del 12 de diciembre.