El desabastecimiento en gasolineras y comercios de Reino Unido ha llevado al gobierno británico a anunciar medidas este mismo domingo para paliar el efecto de las leyes de inmigración aprobadas tras el Brext.
Las largas colas en las estaciones de servicio se han repetido por todo el país. La petrolera británica BP, que tiene más de 1.200 estaciones de servicio en Reino Unido, ha tenido que cerrar ya casi un centenar de ellas de forma temporal y varias han empezado a racionar el combustible por la grave falta de suministro .
El problema, en parte, reside en la escasez de conductores extranjeros que sufre Reino Unido a consecuencia de la política migratoria impuesta tras el Brexit. Daniel Gil, politólogo y analista internacional, asegura que se trata de "un duro golpe para Johnson, ya que todo el discurso del Brexit se había articulado en torno al discurso anti-inmigración".
El temor a un posible colapso ha llevado a Boris Johnson a desdecirse en cuestión de meses, y ahora plantea autorizar la contratación de hasta 5.000 trabajadores extranjeros para pasar sin contratiempos la Navidad, ya que muchas tiendas y supermercados llevan semanas con estantes vacíos.
Sin embargo, esta medida podría funcionar a corto plazo, según explica Daniel Gil: "Si Reino Unido quiere dejar de tener estos problemas deberá repensar su relación con la UE y su política migratoria".