Bélgica es el país que más yihadistas ha enviado a Bélgica e Irak, se calcula que podrían ser unos 500 desde 2012. Barrios como Molenbeek, con una tasa de paro altísima, y el desarraigo de muchos jóvenes musulmanes ha convertido al país en un caladero de yihadistas. Además, la posición estratégica de Bélgica, que permite que los terroristas pueda moverse fácilmente a las principales capitales europeas, la falta de comunicación entre las distintas policías de Europa y la laxitud de los controles policiales del país, ha hecho todavía más fácil el atentado en Bruselas.