Un tribunal egipcio ha condenado a cadena perpetua a dos policías, uno de ellos un oficial, por torturar hasta la muerte a un detenido, según ha informado el diario estatal Al Ahram y la ONG Al Haqanya.

Los dos uniformados fueron juzgados en rebeldía por ese caso, en el que también se les acusaba de torturar a otro arrestado, en ambos casos en la ciudad de Tanta, al norte de El Cairo, en octubre de 2014.

Los dos detenidos, que se negaron a confesar un robo, fueron torturados y sometidos a descargas eléctricas, según un informe del Centro Al Haqanya, que ofrece apoyo legal a los detenidos.

La tortura está prohibida en Egipto, según la Constitución de 2014, pero las organizaciones de derechos humanos locales e internacionales han denunciado que este crimen es con frecuencia perpetrado por las fuerzas de seguridad en los centros de detención con total impunidad.

En los casos en los que los procesados son juzgados en rebeldía se suele aplicar la máxima pena, pero una vez que son arrestados o se entregan a la justicia se debe repetir el juicio.

A pesar de ello se trata de una sentencia relevante, ya que es la primera vez en 2015 que se acusa a un policía de violar el artículo 126 del Código Penal, según la ONG.

Este artículo estipula que cualquier funcionario que ordene o lleve a cabo actos de tortura contra un acusado para obtener confesiones será castigado con penas de prisión de entre tres y diez años, o con la misma condena emitida en los casos de asesinato si el preso fallece.