En la avenida West Florissant de Ferguson, epicentro de las protestas, se concentraron el miércoles menos personas y volvieron a sus casas antes, lo que favoreció una madrugada tranquila sin confrontación y con tan sólo seis arrestos, informó el capitán de la Patrulla de Carreteras de Misuri, Ron Johnson, en una rueda de prensa.
"Hoy ha sido una noche muy buena en Ferguson", consideró el encargado de la seguridad de las protestas por la muerte del joven negro Michael Brown a manos de un agente, en su habitual comparecencia ante los medios de madrugada para hacer balance de la jornada.
La vuelta a la calma coincidió con una noche de lluvia y truenos en la ciudad, pero como recordó Johnson, la meteorología adversa no fue óbice en jornadas anteriores para que centenares de personas se concentraran en protestas que se saldaron con heridos, saqueos y enfrentamientos.
La pacífica noche en Ferguson tuvo lugar tras la visita de Holder, el primer secretario de Justicia afroamericano de EEUU, enviado por el presidente Barack Obama para visualizar que las autoridades federales han tomado cartas en el asunto y garantizarán una investigación exhaustiva en un contexto de desconfianza de la comunidad hacia los agentes y autoridades locales.
Ferguson, como otros suburbios de la zona, ha visto como en las últimas cuatro décadas su población pasaba a ser mayoritariamente afroamericana, mientras que las autoridades políticas y la policía continúan integradas mayoritariamente por blancos.
Holder se reunió con oficiales, grupos de la comunidad y con los padres de Brown, al tiempo que mostró empatía al asegurar que él ha conocido de primera mano la discriminación racial porque también es "un hombre negro".
En los doce días de protestas que ha vivido Ferguson desde la muerte del joven Michael Brown sólo dos noches han transcurrido en paz: la de hoy y la del pasado jueves cuando la Patrulla de Carreteras relevó a la policía local, a la que se acusaba de actuar de manera desproporcionada y exhibir su militarización.