Más de 4.500 efectivos de tierra y una treintena de medios aéreos tratan de combatir la oleada de incendios que arrasa Portugal. Cinco de ellos encuentran en Viana do Costelo, pegados a las provincias de Pontevedra y Ourense; de los otros tres que están en territorio peninsular, el más reciente se sitúa en el centro del país. El más preocupante, sin embargo, ya ha obligado a desalojar un hospital y ha arrasado varias casas de Funchal, en la isla de Madeira.
De los más de 130 focos activos en todo el país, el de Funchal es el más importante. De momento, dos bomberos han resultado heridos en las labores de extinción y un hospital y varias casas han tenido que ser evacuados. De las viviendas, algunas ya han sido devoradas por las llamas.
El humo de los incendios de Vila Nova de Cerveira se ve desde Vigo. Portugal ya ha pedido ayuda a España para actuar en esta zona. Toda ayuda es poca para combatir esta insólita oleada cuya magnitud es tal, que las autoridades no se atreven aún a calcular el daño que están causando.
Sí que apuntan, sin embargo, a las causas de las catástrofes: temperaturas por encima de los 35 grados, sequedad en el ambiente, abandono del campo y la mano del hombre.
Ecologistas en Acción en Portugal denuncian que el 76% de los incendios son provocados. De hecho, un hombre ya ha sido detenido acusado de avivar uno de los focos del incendio de Funchal.