Las voraces llamas no
sólo han calcinado la Torre Grenfell sino que han dejado decenas de familias
rotas como la de Rania, inquilina de origen egipcio, que retransmitió en sus
redes sociales el angustioso ascenso del fuego. Pedía auxilio junto a sus dos
criaturas y otros allegados.
E incluso ofrecía
refugio a los asediados por el humo en la escalera. Nada se sabe de ninguno
de ellos desde que se cortó la señal. Tampoco de sus vecinos de más abajo:
hasta tres generaciones de una misma familia desaparecidas.
Las redes sociales se
llenan de llamamientos desesperados en busca de los habitantes de Grenfell –cerca
de 100 desaparecidos, según los medios británicos-. Como Jessica, niña
colombiana que estaba en el piso 20 o Gloria y Marco, jóvenes italianos que
acababan de mudarse.
Las labores de búsqueda pueden durar semanas, dado el precario estado de la estructura, sobre todo en las plantas superiores. A ras de suelo, Londres se ha volcado en una ola de solidaridad con los afectados. Ya van más de un millón de libras recaudadas en apenas 24 horas y hasta la cantante Adele se ha acercado a una de las vigilias, emocionadísima.
La primera ministra ha
estado este mediodía con los bomberos, agradeciéndoles su trabajo y ha
anunciado que se revisarán las normativas de seguridad y conservación de
edificios tras esta tragedia evitable.