Escapan de la policía húngara ante el temor de ser llevados a un campamento de acogida. Una niña llora desconsolada mientras es arrastrada por su padre. Viajaban en el tren retenido por la policía cuando se dirigía a Austria. 500 refuguiados continúan atrincherados en los convoys en la estación de Keleti, a 40 kilómetros de Budapest. Se niegan a abandonarlo por miedo a ser registrados. Mientras, el primer ministro húngaro sigue con su discurso contra la llegada masiva de inmigrantes. Cree que el flujo de refugiados supone una amenaza para Europa. El Parlamento húngaro ha aprobado 13 nuevas leyes que castigan con penas altístimas a quienes intenten entrar de forma irregular en el país.