Los ataques del 11 de septiembre de 2001, de los que pronto se cumplen 23 años, se cobraron un buen número de vidas en el cuerpo de bomberos de Nueva York, pero han sufrido aún más muertes por las enfermedades contraídas ese día en el rescate de las víctimas.
Mientras que 343 murieron en la respuesta inmediata a los ataques, fuese para rescatar a supervivientes o para retirar escombros, 363 más han fallecido desde entonces por las condiciones tóxicas con que desarrollaron su trabajo ese día y los siguientes.
Las cifras, que publica este jueves el portal www.gothamist.com, fueron comunicadas el miércoles durante una ceremonia en el cuartel central de bomberos de Brooklyn. "Hemos visto morir a más de 360 compañeros por su valentía y su entrega", dijo el comisario Robert Tucker, en el evento en que se inscribió el nombre de 32 nuevas víctimas en un mural, entre las que se cuentan paramédicos o enfermeros del cuerpo.
Los 352 agentes químicos que se identificaron entre los escombros de la conocida 'Zona Cero' se tradujeron en numerosas enfermedades respiratorias, y en los casos más graves derivaron a cáncer de próstata (900 en total) y de otros tipos.
En total, trabajaron en la 'Zona Cero' 15.500 miembros del cuerpo de bomberos, algunos por periodos superiores a treinta días, lo que les hizo respirar aquella atmósfera contaminada.