George Pell, el religioso de más alto rango de la iglesia católica australiana, violó a un niño de un coro de 13 años en la década de 1990 y molestó sexualmente a otro de la misma edad en el prestigioso colegio St Kevins.

El veredicto fue emitido el pasado 11 de diciembre pero no pudo divulgarse hasta ahora por razones legales. Pell, que se encuentra en libertad condicional pero que podría ser puesto bajo arresto, se enfrenta a unos 10 años de cárcel en una condena que se espera que el tribunal anuncie durante la primera mitad de marzo.

Los cinco cargos que pesan sobre Pell son por actos cometidos en Melbourne entre 1996 y 1997. Uno de ellos es por la penetración a un menor que tuvo lugar después de que el entonces arzobispo de Melbourne oficiara una misa, mientras que los otros cuatro son por cometer actos indecentes contra los dos menores.

Tras el veredicto, una de las dos víctimas pidió a través de un comunicado que se mantenga en secreto su identidad al asegurar que no es un portavoz de las víctimas de pederastia, solo "un 'tío' trabajador común y corriente que mantiene y protege a su familia lo mejor posible".

"Necesito espacio y tiempo para soportar el proceso judicial en marcha", dijo la víctima que destacó que al igual que otros sobrevivientes de abusos sexualespasó "vergüenza, soledad, depresión y una lucha" que le llevó años en entender el impacto en su vida.

La otra víctima murió en 2014 en un incidente circunstancial. El veredicto se emite tras meses de un complicado proceso judicial que se mantuvo en secreto para proteger la presunción de inocencia de Pell y el abandono de un segundo juicio por los presuntos abusos del religioso contra menores en Ballarat, su ciudad natal, en la década de 1970.

La sentencia tiene lugar después de la cumbre vaticana para abordar la pederastia en la Iglesia, donde el papa Francisco ofreció ocho pautas para erradicar la "monstruosidad" de los abusos a menores, pero la falta de medidas concretas decepcionó a las víctimas.