Las autoridades de Baltimore (Maryland) se vieron obligadas a requerir refuerzos policiales y el envío de la Guardia Nacional para hacer frente a una jornada de disturbios que se desencadenaron tras protestas pacíficas por la muerte de un joven negro. Incendios, saqueos de tiendas y altercados con la Policía sumieron a Baltimore en el caos y un toque de queda, poco después del entierro de Freddie Gray, joven negro que falleció hace algo más de una semana tras sufrir heridas graves bajo custodia policial.