Jaled Al Asaad era el guardián de este yacimiento histórico. Investigó durante 50 años cada rincón de la ciudad milenaria de Palmira. Ahí estuvo hasta que llegaron los terroristas hace tres meses.

ISIS ha ido destruyendo a su paso las obras de arte que han ido encontrando. Ante ese temor, este arqueólogo sirio escondió los tesoros más valiosos de esta ciudad romana. "Era el artícifice de la conservación de la ciudad romana de Palmira" asegura Miquel Molist, jefe de excavaciones en Siria.

Palmira era el patrimonio histórico que él adoró y donde encontró la muerte. "Hemos perdido una figura excepcional, en momentos en los que estamos en la necesidad de estas figuras con el fin de servir al patrimonio cultural sirio, que está sufriendo grandes daños por la guerra".

Los terroristas lo arrestaron en mayo y desde entonces fue interrogado y torturado hasta que le decapitaron y expusieron su cuerpo en una plaza pública. "Era un buen profesional, buen gestor y buena persona. Todos los arqueólogos relacionados con Palmira teníamos mucha estima por él" afirma Molist. Un golpe más de ISIS en su afán por eliminar la historia.