Llevar la prenda más controvertida del verano será de nuevo posible en la playa de la localidad francesa de Villeneuve-Loubet. Así lo ha decidido el Consejo de Estado, el máximo órgano de la administración de Francia.
Considera que prohibir el Burkini, no solo va en contra las libertades fundamentales, sino que además la polémica prenda no supone un peligro para el orden público. Una decisión que llega tras la denuncia de varias ONGs.
La decisión sienta jurisprudencia, pero mientras no haya denuncia contra ellos, algunos alcaldes ya han dicho que mantendrán su veto. Ya son varios las bañistas que han sido sancionadas por llevar esta prenda.
En otras localidades se ha adoptado la media tras incidentes en sus playas por el uso del burkini. Un ejemplo es Córcega, donde el enfrentamiento entre los vecinos y un grupo de musulmanes acabó con cinco heridos y numerosos destrozos materiales.
Pero la división entorno a lo que se debe permitir ha llegado hasta al propio gobierno, llevando al presidente de la república a pedir "una mejor convivencia". Una postura que en la derecha francesa es más uniforme piden directamente prohibir cualquier signo religioso.