Corea del Sur y Estados Unidos han confirmado que 3.000 soldados norcoreanos han llegado a Rusia para combatir en la guerra de Ucrania. De esta manera, Kim Jong Un ha auxiliado a su aliado Vladímir Putin. Hace unos días, la inteligencia surcoreana advertía de que 12.000 soldados serían enviados al frente ruso, de hecho, se llegó a viralizar un vídeo de los soldados asiáticos entrenando en bases rusas. Ahora estudian la posibilidad de enviar armamento y oficiales de inteligencia a Ucrania para contrarrestar.
Con los efectivos rusos volcados sobre la región de Donetsk, donde en las últimas horas han informado de la captura de la localidad de Novosadove, y con los ucranianos tratando de defender el terreno ganado en la incursión en la región rusa de Kursk, Zelenski ha asegurado que "es obvio que Putin teme la paz, y por eso busca formas de escalar, de ahí que implique a Corea del Norte en el campo de batalla".
Por su parte, la OTAN se ha limitado a estudiar esta confirmación, pero con cierto recelo. De hecho, el responsable de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha llegado a titubear durante una rueda de prensa: "Vemos pruebas de que tropas de Corea del Norte han ido a África… perdón, no a África, a Rusia". Algo que ha calificado como "muy, muy grave".
Mientras, quienes sí han decidido tomar partido es el G7, quien ha acordado distribuir hasta 50.000 millones de dólares en préstamos a Ucrania, provenientes de la congelación de activos rusos.
Todas estas maniobras se producen en una semana que está marcada por la cumbre de los BRICS, donde Rusia ha pretendido consolidar su alternativa económica a la hegemonía de Occidente. Y la cual ha terminado con un manifiesto en el que países como China, Brasil, India, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía, le han pedido a Putin que acabe con el conflicto.
Narendra Modi, primer ministro indio, ha asegurado durante el fin de la cumbre que "apoyamos el diálogo y la diplomacia, no la guerra". Mientras que el presidente chino, Xi Jinping, ha señalado la necesidad de contribuir a una "pronta desescalada en Ucrania" y para ello ha considerado necesario "dejar de echar leña al fuego".