Termina la pesadilla para los cuatro periodistas franceses secuestrados en Siria. Ya están en casa, con sus familias, con ganas de volver a respirar aire fresco y caminar, han dicho. Es un motivo para alegrarse, pero también para recordar a los once periodistas que siguen secuestrados en Siria y el centenar de informadores que han muerto desde que comenzó el conflicto.