Cuba se ha vuelto a acostar revuelta. Tras las manifestaciones masivas de las últimas horas, los cubanos han vuelto a las calles -aunque en menor medida- entre cortes de electricidad y una caída generalizada de internet. Mientras, la comunidad internacional ya se ha posicionado. Y uno de los primeros países en hacerlo ha sido España.
El nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha fijado su postura en un comunicado en el que ha dejado claro que España “sigue con mucho interés y muy de cerca la situación en Cuba”, pero que, sobre todo, nuestro país “defiende el derecho fundamental a manifestarse libre y pacíficamente de todos los ciudadanos y pide a las autoridades cubanas que lo respeten”.
Para el Gobierno, a la crisis sistémica en la que está instalada Cuba se le suma una “caída del turismo” derivada del COVID-19, y ese es el motivo de la carestía y del hartazgo ciudadano, sumado a la propia pandemia. “Somos igualmente conscientes del agravamiento de la pandemia en la isla y estudiaremos formas de ayuda para aliviar su situación como hemos hecho ya con otros países de la región”, ha finalizado Exteriores.
Biden niega que EEUU esté detrás
Pero España no es el único país que se ha expresado sobre la situación cubana. De hecho, EE.UU. ya ha salido a negar que esté detrás de las inéditas protestas antigubernamentales en Cuba, como afirman las autoridades de la isla.
El asunto ha recibido tal atención en Washington que el presidente estadounidense, Joe Biden, ha tenido que reaccionar dos veces. Primero, con un comunicado a primera hora en el que afirmó que las manifestaciones son "una llamada a la libertad" tras "décadas de la represión y el sufrimiento económico" por parte del "régimen autoritario de Cuba".
Después, con declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, que fueron más firmes y en las que se dirigió directamente al Gobierno de Miguel Díaz-Canel. "El pueblo cubano está exigiendo su libertad a un régimen autoritario. No creo que hayamos visto nada similar a estas protestas en mucho, mucho tiempo, o quizá jamás, francamente", ha aducido Biden.
¿Cambios en el bloqueo cubano?
¿Implica esto algún cambio de la política internacional hacia Cuba? No parece. Del bloqueo impuesto por Estados Unidos, aumentado durante el mandato de Donald Trump al frente de la Casa Blanca, el ahora presidente Joe Biden ha evitado pronunciarse directamente.
Biden se ha limitado a decir que su Gobierno tendrá “más que decir sobre Cuba y Haití a medida que avance esta semana. Estén atentos".
Poco antes, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha afirmado que de momento no tenía ningún cambio de política hacia Cuba que anunciar, pero ha asegurado que las protestas han provocado que la Casa Blanca evalúe "cómo puede ayudar directamente al pueblo" cubano. En abril, Psaki aseguró que cambiar la política hacia Cuba no era una prioridad para Biden, a pesar de que su predecesor, Donald Trump, impulsó numerosas medidas para dar marcha atrás al "deshielo" con la isla y que golpearon duramente la economía cubana.
El Gobierno de Biden demostró hace apenas tres semanas que no tenía especial interés en revocar la política de Trump, al votar en contra de la resolución anual de la ONU que condena el embargo estadounidense, en lugar de abstenerse, como hizo el Ejecutivo del ahora expresidente Barack Obama (2009-2017).