Los ciudadanos de Gibraltar llevaban 48 años esperando la visita de un primer ministro y se han quedado sin el mitin. Algunos, incluso, se habían preparado a conciencia. Según los sondeos, el 90% de los gibraltareños votará por la permanencia; un deseo que comparten los españoles que trabajan en el Peñón.
Temen quedarse sin empleo si el flujo que existe en la frontera se corta. De los 9.000 trabajadores que cruzan la verja a diario, 5.400 son españoles. Según la Cámara de Comercio de la colonia, las relaciones entre los dos lados de la frontera tienen un impacto de unos 740 millones de euros en la zona del campo de Gibraltar.
Los gibraltareños por su parte, creen que salir de la Unión tendría consecuencias negativas para sus negocios y para el turismo. "Que la frontera estuviera abierta o cerrada dependería de Madrid y tendría consecuencias económicas muy serias para nosotros", afirma Joseph García, viceministro principal de Gibraltar.
Ellos son solo 23.000 de los más de 65 millones de británicos que votarán el 23 de junio.