El documento, titulado 'Un juego peligroso', recoge una investigación del Belgrade Centre for Human Rights (BCHR) y la Macedonian Young Lawyers Association (MYLA), en colaboración con Oxfam, y repasa la situación en Serbia, Hungría, Croacia, Bulgaria y Macedonia. Para los migrantes, el "juego" al que alude el título es atravesar las fronteras sin sufrir malos tratos a manos de policías o guardias.

Entre los testimonios recabados figura el de Isaac, un afgano que cuenta que permaneció tres días sin comida "encerrado en una jaula" en Bulgaria. "Nos dieron palizas terribles e incluso descargas eléctricas", ha relatado.

Su caso no es único en Bulgaria, donde la Policía ha llegado a cachear a un grupo de personas para quitarles todos los objetos de valor y obligarles a cruzar de nuevo la frontera. Las devoluciones en caliente forman parte también de las tácticas de Croacia, según el informe, que cuestiona una práctica que "no es solo ilegal sino también inmoral".

El informe recoge las incongruencia entre las distintas instituciones. Otro grupo expresó ante un tribunal serbio su deseo de solicitar asilo y los agentes que debían llevarlos a un centro de acogida destruyeron los documentos judiciales y condujeron a estas personas de nuevo hasta la frontera.

Las autoridades proceden en estos casos a la expulsión sin que las solicitudes se evalúen de forma individual y sin que las personas afectadas puedan acceder a asesoramiento legal o intérpretes. Tampoco tienen posibilidad de apelación contra un sistema que se muestra implacable contra ellos y que coarta sus derechos.

En Serbia, un grupo de migrantes, entre ellos un niño de dos años, fue informado de un supuesto traslado a un centro de acogida pero terminó siendo, en realidad, una tapadera de la Policía para devolverles a la frontera búlgara, donde permanecieron durante la noche a temperaturas bajo cero. Dos personas perdieron el conocimiento como consecuencia de la hipotermia.

En Hungría, las organizaciones han podido confirmar el rechazo la solicitud de asilo de un joven sirio de 22 años mediante un proceso en el que él no tuvo representante legal, del que no recibió apenas información y sin oportunidad de apelar la decisión. También en este país, los policías llegaron a desnudar a migrantes y a echarles agua helada mientras estaban sentados sobre la nieve.

Oxfam, BCHR y MYLA han hecho un llamamiento a los gobiernos de Serbia, Macedonia, Croacia, Hungría y Bulgaria para que frenen "de forma inmediata" las violaciones de los Derechos Humanos de estas personas y adopten medidas urgentes contra los culpables de los ataques contra refugiados y migrantes.

El mensaje se extiende igualmente a la Unión Europea, para que asuma su "responsabilidad". Los Gobiernos de la UE deben garantizar que todos los Estados de la 'ruta de los Balcanes' respetan la legislación y los estándares internacionales y deben, asimismo, dar ejemplo, han apostillado.

La responsable de incidencia humanitaria de Oxfam Intermón, Paula San Pedro, ha lamentado la "sorprendente e injusta brutalidad" sufrida por personas que ya huyen "de una violencia inimaginable en sus países". "Los testimonios que hemos recopilado evidencian terribles malos tratos que los gobiernos, entre ellos algunos Estados miembro de la Unión Europea, permiten para frenar la llegada de personas a su territorio", ha advertido.

Una portavoz del Belgrade Centre for Human Rights, Nikolina Milic, ha subrayado que estas "crueles" medidas no hacen que la gente deje de embarcarse en peligrosos viajes, ya que muchos de ellos alegan que "no tienen nada que perder". Por este motivo, ha reclamado la sustitución de "la violencia y la intimidación" por "procedimientos justos y eficaces para solicitar asilo".

San Pedro ha incidido en que la "brutales" acciones de la Policía llevan de hecho a muchas personas a recurrir a contrabandistas, "algo tremendamente peligroso pues expone a personas en una situación ya de por sí vulnerable a ser víctimas del tráfico de personas o más ataques violentos".