Estados Unidos
Deportados sin pruebas: crece la polémica por las expulsiones injustas bajo la política migratoria de Donald Trump
El contexto La política migratoria de Donald Trump sigue generando polémica. Deportaciones masivas están afectando a personas que no representan ningún peligro. Casos como el de Andry, Jerce o Kilmar revelan errores graves que están marcando la vida de muchos migrantes.

La política migratoria impulsada por Donald Trump continúa dejando consecuencias duras y, en muchos casos, injustas. Uno de los ejemplos más recientes es el de Andry, un venezolano de 31 años que huyó de su país por sufrir homofobia y por no compartir las ideas del régimen de Nicolás Maduro. Buscó refugio en Estados Unidos, y ahora ha sido deportado a El Salvador tras ser acusado de pertenecer a una pandilla, únicamente por tener tatuadas dos coronas en los antebrazos.
Según las autoridades estadounidenses, estos tatuajes eran indicios suficientes para confirmar su pertenencia a una banda criminal. Sin embargo, Andry explicó qué se los hizo en honor al Día de los Reyes Magos, una celebración muy arraigada en su cultura. A pesar de eso, ha sido enviado a una macrocárcel en El Salvador, siendo totalmente inocente.
Sin embargo, Andry no es el único que ha vivido esta situación. El exfutbolista venezolano Jerce Reyes Barrios ha sido deportado por una razón parecida. Llevaba tatuado en la piel un balón con una corona, símbolo de su amor por el Real Madrid. Aun así, fue tratado como un sospechoso y el Ejecutivo estadounidense le ha encarcelado.
Otro caso especialmente grave es el de Kilmar Abrego García, un salvadoreño que había recibido asilo político en Estados Unidos en 2019, reconocido como refugiado por estar amenazado de muerte en su país. A pesar de tener ese estatus legal, el Gobierno de Trump lo ha deportado igualmente. Ahora, la jueza Paula Xinos, del tribunal del distrito de Maryland, ha asegurado que su expulsión no tenía base legal y ha ordenado que sea devuelto a Estados Unidos.