La banda había introducido de contrabando los pasados dos años 5.000 toneladas de mariscos como cangrejos o gambas, valorados en 230 millones de yuanes (34,5 millones de dólares, 30,5 millones de euros).
Parte de ese marisco procedía de Fukushima, una de las 12 prefecturas japonesas vetadas a la exportación de productos marinos a China desde el terremoto que el 11 de marzo de 2011 originó un tsunami y el accidente nuclear.
Los contrabandistas llevaban estos cargamentos desde la isla septentrional japonesa de Hokkaido hasta Vietnam, donde cambiaban las etiquetas para evadir impuestos y controles sanitarios, dijeron fuentes de la policía de Qingdao en declaraciones a la televisión estatal china.
La mayoría de los productos se vendían en grandes ciudades chinas como Pekín, Shanghái o Cantón. Expertos chinos declararon a la prensa local que los alimentos con altos niveles de radiación pueden causar daños irreversibles a las células del organismo humano o incluso al ADN.
También advirtieron de que la radiactividad sigue afectando negativamente la vida marina en las cercanías de Fukushima, cinco años después del siniestro.