Tras las manifestaciones de estudiantes de secundaria, miles de personas volvieron a recorrer el centro de Atenas en la tarde en una protesta que concluyó en el barrio de Exarjia, donde fue asesinado Alexis. Allí, los manifestantes montaron barricadas con macetas y basuras a las que prendieron fuego y lanzaron cócteles molotov a los agentes antidisturbios, que respondieron con abundantes gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.

La batalla se extendió por las estrechas calles de este barrio conocido por su militancia anarquista e izquierdista con continuos enfrentamientos con las fuerzas del orden. Agentes antidisturbios rodearon el barrio con apoyo del cuerpo de bomberos y hacían incursiones en él, mientras los manifestantes trataban de repelerlos desde la plaza central lanzando piedras, artefactos incendiarios y bengalas.

Al menos un agente antidisturbios resultó herido en los disturbios y se efectuó un número indeterminado de detenciones, que un portavoz de la Policía no quiso precisar ya que "la operación continúa". En la manifestación de la mañana cuatro agentes de las fuerzas de seguridad hubieron de ser atendidos por los servicios médicos, mientras que el número de detenidos ascendió a 55, de los que diez deberán comparecer ante la Justicia.

Igualmente, dos fotógrafos, uno de ellos francés, fueron sujetos a controles policiales. Varios medios locales han denunciado la presencia de agentes infiltrados entre los manifestantes y que algunas unidades de policía portaban mochilas de estudiantes con la supuesta intención de "plantar pruebas falsas".

Entre 2.000 y 5.000 personas, en su mayoría estudiantes de secundaria, se manifestaron por la mañana para recordar a Alexis, que tenía 15 años cuando el 6 de diciembre de 2008 fue abatido por un guardia especial de la Policía, que actualmente cumple cadena perpetua por el asesinato. "Maderos, cerdos asesinos" o "Asesináis a niños, maderos gilipollas",  fueron algunos de los eslóganes coreados.

Durante todo el recorrido, grupos de jóvenes lanzaron petardos, naranjas y botellas de plástico a los agentes que custodiaban la marcha. A su término, frente al rectorado de la Universidad de Atenas, algunos encapuchados comenzaron a destrozar el mobiliario urbano y a enfrentarse a los policías, lanzando naranjas y piedras, a lo que los antidisturbios respondieron con gases lacrimógenos y cargas policiales.

Los agentes redujeron violentamente al menos a ocho jóvenes, algunos de ellos menores de edad, y en uno de los casos lanzaron gas lacrimógeno directamente a la cara de uno de los detenidos, a pesar de que éste estaba ya reducido y en el suelo. Finalmente, los agentes antidisturbios cercaron a los manifestantes y les obligaron a salir a través de un cordón policial previa identificación, lo que facilitó las detenciones.

Antes de la manifestación, un grupo de 50 personas atacó la comisaría de Policía del barrio de Egaleo, en la periferia de Atenas, lanzando contra el edificio piedras, naranjas y un cóctel incendiario. A lo largo de la mañana, también hubo manifestaciones de estudiantes en Salónica, Janiá (Creta) y Patras (oeste de Grecia), y muchos de los alumnos de secundaria dejaron de asistir a las clases para participar en las protestas. El asesinato de Alexis en 2008 desembocó en una revuelta juvenil sin precedentes en Grecia, de una gran violencia y que se extendió durante tres semanas.