Era el momento más esperado: el presidente Trump y la primera dama en el baile inaugural: "Así que es un tremendo honor empezar el baile con Melania" decía el presidente de EEUU. Suena la música y lo hace con la canción 'My Way', toda una declaración de intenciones del nuevo presidente.
Ha sido otro gesto más que muchos interpretan así: a partir de ahora las cosas se harán a su manera. Por si no quedaba claro, el presidente repite: "No estamos jugando. El trabajo acaba de empezar".
El trabajo empezaba ya en su investidura y nada queda al azar. Lo hizo con una corbata roja republicana el mismo color que utilizó en el debate contra su rival Hillary Clinton, y que esta vez, destacaba por su tamaño: una largura poco convencional.
Buscaba a la cámara para mostrar su mejor versión, su mejor perfil. La Ceremonia fue emocionante aunque no tanto para llenar el National Mall como esperaba el magnate. Cientos de miles de personas se acercaron para seguir la investidura de Trump pero la diferencia es notable con la que Obama protagonizaba en 2009.
Ha sido su primer paseo como presidente en su coche oficial: la Bestia. Un vehículo blindado para protegerle de la multitud. Una masa que mostraba en la Avenida Pensilvania su amor y su odio a Trump cuando ponía rumbo a la Casa Blanca. Allí ya han empezado las remodelaciones, su despacho está a su gusto: con cortinas doradas y un busto de Churchill.