Flanqueados por aviones de combate F-15K surcoreanos y F-16 estadounidenses, los dos bombarderos estratégicos B-1B Lancer han realizado un vuelo a baja altura cerca de la base de Osan, a unos 50 kilómetros al sur de Seúl, según han informado las Fuerzas de EE.UU. en Corea del Sur, la USFK, en un comunicado.

Con el despliegue de los dos bombarderos, traídos expresamente desde la base estadounidense de Guam en el Pacífico, Seúl y Washington quieren enviar a Pyongyang el mensaje de que "están preparados para responder en todo momento a las amenazas contra la estabilidad y la seguridad" en la región, según el comunicado.

La demostración de fuerza es "solo un ejemplo de las diversas capacidades militares que forman parte de los recursos de esta sólida alianza para proporcionar y reforzar una amplia disuasión", afirma el general Vincent Brooks, comandante de las USFK, citado en la nota.

El general añade que la prueba nuclear llevada a cabo por Corea del Norte "supone una peligrosa escalada" armamentística y "plantea una amenaza inaceptable", a la vez que ha querido remarcar el "compromiso inquebrantable de EE.UU. de defender a sus aliados en la región".

El ensayo atómico generó una fuerte condena en la comunidad internacional, y posiblemente el Consejo de Seguridad la ONU imponga nuevas sanciones al régimen de Kim, que ya sufre una fuerte restricción en sus actividades comerciales por la anterior resolución aprobada en marzo.