Unas 4.000 personas en el mundo mueren diariamente por malaria y otras 1.600 por diarrea. Sin embargo, el avance del ébola ha provocado que se destinen menos recursos para combatirlas a pesar de su alta mortalidad. Organizaciones como Médicos sin Fronteras o Cruz Roja piden que la lucha contra estas enfermedades no se abandone.