China ha reconocido finalmente que el globo que sobrevuela el espacio estadounidense es suyo. La potencia asiática afirma, en cambio, que no se trata de un globo espía. Sin embargo, desde Washington son escépticos con las explicaciones chinas.
Estados Unidos ha acusado a Pekín de violar el espacio internacional y ha suspendido el viaje que tenia previsto el Secretario de Estado, Antony Blinken, para el próximo 5 de febrero.
Washington advierte de que el globo tiene capacidad para maniobrar, pero China rechaza que se trate de un dispositivo espía. Aseguran que es un dirigible civil con fines científicos, utilizado para realizar una investigación meteorológica, y achacan la desviación del aerostato al viento.
Con un tamaño equivalente a tres autobuses, el dirigible tiene rumbo este. Ya ha sobrevolado durante días la ciudad de Billings, en Montana, una zona donde concretamente hay instalaciones estratégicas, incluidos silos de misiles intercontinentales.
"Tiene una capacidad de observación directa. Podrían estar y ver cómo está el nivel de alerta de los misiles, si se están recargando o no", ha explicado el politólogo y analista de defensa Guillermo Pulido.
Estados Unidos ha descartado abatir el globo por el riesgo que podría tener al caer a la superficie, pero su presencia tensa la relación entre Washington y Pekin.