Los acuerdos con Afganistán sellados este año prevén la presencia en el país de 9.800 soldados estadounidenses hasta finales de 2015 tras la retirada de la OTAN este año y con una misión limitada a combatir los resquicios de Al Qaeda y entrenar y asistir a las fuerzas afganas.
Según el NYT, el cambio en la estrategia responde a las presiones del Pentágono para completar con éxito la misión en Afganistán, la guerra más larga de la historia de EEUU, y permitiría a las fuerzas estadounidenses ejecutar misiones contra los talibanes y otros grupos que sean una amenaza para ellas o el Gobierno afgano.
La orden presidencial autoriza bajo determinadas circunstancias los bombardeos estadounidenses para apoyar las operaciones militares afganas, así como el despliegue de tropas terrestres para ayudar en operaciones contra los talibanes.
Asimismo, autoriza el uso de bombarderos y drones para apoyar a las tropas afganas en las misiones de combate, según detallaron al rotativo fuentes de la Administración, el Congreso y el Pentágono.
De acuerdo con el NYT, Obama tomó esa decisión tras una larga discusión entre sus asesores, divididos entre los que abogaban por no poner en riesgo más vidas estadounidenses en 2015 (los de Seguridad Nacional) y los que exigían asegurar la misión a tenor de los avances yihadistas del Estado Islámico (EI)en Irak de este año (el Pentágono).
El presidente desgranó en mayo la retirada paulatina de Afganistán en la academia militar de West Point (Nueva York), donde hace casi 12 años el entonces presidente George W. Bush expuso las bases de la guerra contra el terrorismo que siguió a los atentados del 11 de septiembre de 2001 y que condujo a las intervenciones militares en Afganistán e Irak.
Obama, un político muy crítico con la guerra, buscaba soltar lastre de los conflictos bélicos heredados de Bush ahora que las últimas tropas se retirarán paulatinamente de Afganistán.
Sin embargo, los avances del EI en Irak y Siria obligaron este verano a Obama a desplegar una ofensiva de ataques aéreos y envío de militares que, no obstante y como se ha esforzado en recordar el mandatario en repetidas ocasiones, no tienen misión de combate terrestre.