El Gobierno estadounidense sigue defendiendo el canje del sargento Bowe Bergdahl por cinco talibanes presos, pero el Pentágono anunció que no desatenderá las acusaciones de que es un desertor, aunque se le debe considerar inocente hasta que se demuestre lo contrario.

A pesar de las más de 11.000 personas que han firmado una petición a la Casa Blanca para que se le castigue por "desertor". La petición indica que Bergdahl "no se ganó su rango de sargento" -porque fue ascendido en ausencia- y le acusa de desertar del Ejército estadounidense en junio de 2009 violando varios artículos del Código Miliar, por lo que "necesita ser castigado, no premiado", dice.

El presidente Barack Obama, que se encuentra de gira por Europa, insistió en Polonia en que su Gobierno ha hecho "lo correcto", porque "independientemente de las circunstancias, cualesquiera que puedan llegar a ser esas circunstancias, tenemos a un soldado estadounidense de regreso".

El Ejército estadounidense anunció que llevará a cabo un análisis "exhaustivo" de las circunstancias que rodearon la aprehensión en 2009 del sargento Bowe Bergdahl. El Ejército revisará el caso en un esfuerzo "abarcador" y "coordinado", que incluirá conversaciones con el sargento Bergdahl, para "comprender mejor" las circunstancias de su desaparición y cautiverio, indicó el secretario del Ejército, John McHugh.

"Todas las demás decisiones se tomarán a partir de entonces, y de acuerdo con las prescripciones, las políticas y las prácticas adecuadas", indicó en un comunicado en respuesta a las cuestiones que han surgido sobre la desaparición del soldado.

El canje ha sido criticado por el Gobierno de Afganistán y por sectores políticos de Estados Unidos, incluidos miembros del Congreso, que afirman que, por ley, el poder ejecutivo debió notificar el canje con al menos treinta días de anticipación.

El Gobierno ha explicado que los "informes creíbles del riesgo de daño grave" para el sargento, cautivo en Afganistán desde junio de 2009, hicieron que se gestionara su canje por los talibanes presos en Guantánamo (Cuba), sin notificarlo al Congreso.

La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Caitlin Hayden, indicó que debido a esos informes y "el rápido desarrollo de acontecimientos en torno a su recuperación, el poder ejecutivo actuó legalmente con la transferencia sin la notificación requerida por la Ley de Defensa".

"El Gobierno determinó que la demora de la transferencia para cumplir con la notificación de 30 días hubiese interferido con el cumplimiento de dos funciones que la Constitución asigna al presidente: la protección de la vida de estadounidenses en el exterior y la protección de los soldados", añadió.

Las circunstancias de la captura de Bergdahl por un grupo afiliado a Al Qaeda también son motivo de controversia y algunos militares creen que el efectivo, ascendido a sargento en ausencia, podría haber desertado después de haber expresado críticas contra la guerra de Afganistán.

"Sobre las circunstancias de su captura, cuando esté en condiciones de contárnoslos, sabremos los hechos", dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general David Dempsey, en un mensaje en el que aseguró que el Ejército "no apartará la vista" si hubo violación de las normas castrenses.

Bergdahl se encuentra en el hospital militar de Landstuhl (suroeste de Alemania) "en condición estable y está recibiendo tratamiento por enfermedades que requieren hospitalización", según el portavoz del Departamento de Defensa, el coronel Steve Warren.

Posteriormente será trasladado a otro centro médico en Texas (EEUU) para continuar con cuidados físicos y psicológicos. El Gobierno estadounidense intentó durante años negociar la liberación de Bergdahl, por quien los talibanes habían pedido inicialmente un millón de dólares y la liberación de 21 presos.

Obama desveló en un comunicado el sábado la operación de canje, que se rumoreaba desde febrero y que se completó con la asistencia de Catar. El emirato del golfo Pérsico ha accedido a acoger al menos durante un año a los cinco líderes talibanes que, según el Gobierno estadounidense, tendrán libertad de movimientos, pero estarán bajo supervisión.