El caso de Egipto es el último fiasco de una primavera árabe que levantó muchas ilusiones cuando comenzó hace dos años pero que no ha llegado a cuajar en ningún país. Túnez, Libia y Egipto se libraron de sus dictadores pero siguen sumidas en la inestabilidad y la violencia.
El caso de Egipto es el último fiasco de una primavera árabe que levantó muchas ilusiones cuando comenzó hace dos años pero que no ha llegado a cuajar en ningún país. Túnez, Libia y Egipto se libraron de sus dictadores pero siguen sumidas en la inestabilidad y la violencia.
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