Ankara evacuó a los soldados que vigilaban el enclave, a unos 37 kilómetros de la frontera turca, y los desplazó, junto con el sarcófago de Suleyman Sah, a un territorio a poca distancia de Turquía, pero todavía dentro de Siria, señala un comunicado del Ministerio de Exteriores.
La operación se completó esta madrugada, señaló Davutoglu a la prensa turca, y un soldado murió a causa de un accidente. El territorio donde se halla la tumba de Suleyman Sah desde 1975, una colina en la orilla del río Éufrates al noroeste de la ciudad siria de Raqqa, está desde hace un año bajo control del Estado Islámico (EI). "El conflicto y el caos en Siria ponen un serio riesgo la seguridad de la tumba, ubicada en el pueblo de Karakozak en la provincia siria de Manbiy, a 37 km de la frontera turca, y la del personal de las fuerzas armadas turcas que lo vigilan", reza el comunicado de Exteriores.
El viernes pasado, el ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, desmintió que los soldados que vigilan el enclave estuvieran asediados por yihadistas, tal y como habían publicado algunos medios turcos. "Basándose en un análisis exhaustivo, la tumba de Suleyman Sah y el puesto militar de memoria, junto al propio sarcófago, han sido trasladados temporalmente a un nuevo lugar dentro de Siria, cuya extensión corresponde al anterior, al norte del pueblo de Esmesi, cercano a la frontera turca", detalla el texto.
El comunicado recuerda que no es la primera vez que se mueve la tumba de Suleyman Shah, supuesto abuelo del fundador de la dinastía otomana, muerto en 1236, y que es propiedad turca a raíz de un tratado que Francia, como potencia administradora de Siria, y el Imperio otomano concluyeron en 1921. En 1975, la construcción de un embalse en el Éufrates obligó a desmantelar el mausoleo y reconstruirlo unos 50 kilómetros más al norte.
Para este desplazamiento, Turquía movilizó a 573 soldados, 39 tanques y 57 blindados en dos operaciones, una destinada a evacuar el mausoleo y otra a tomar posesión de un área nuevo donde ubicarlo, especificó Davutoglu en declaraciones a la prensa. El primer ministro añadió que Ankara no pidió permiso ni ayuda a ningún país para llevar a cabo la operación de realojamiento de la tumba. La prensa turca ha difundido numerosas fotografías en las que se ve cómo soldados turcos plantan la bandera en una colina deshabitada, rodeada por alambradas.