Es el primer recuerdo que Erwin Tumiri tiene del accidente aéreo de Medellín: "Me levanté, me toqué el cuerpo y me di unos cuantos golpes para reaccionar. Creí que era una pesadilla, que me había dormido en el avión y que estaba soñando".
Una semana después de la tragedia cuenta que el piloto nunca alertó de la situación de emergencia. Todo parecía ir bien, los pasajeros esperaban sentados para aterrizar. De repente, se notó una pequeña vibración y las luces se apagaron una a una y se encendieron, entonces, las de emergencia. Sólo dos minutos después, calcula, el avión se estrelló.
Si hay algo que Tumiri recuerda ahora con claridad es el momento en el que consiguieron rescatarle con vida. "Hice señales con mi linterna y grité pidiendo ayuda hasta que aparecieron", cuenta.
Poco a poco Erwin consigue recordar algunos de los angustiosos momentos que tuvo que vivir tras el impacto. "Escuché a Jimena, corrí hacia donde estaba y la desabroché".
A sus 25 años, este técnico de aviación reconoce que ha vuelto a nacer: "Estoy feliz porque dios me ha dado una nueva oportunidad". Una oportunidad que, desgraciadamente, sólo han tenido seis de de las 77 personas que iban a bordo del avión.