Los demócratas echan el resto para espolear el voto de las minorías: con el número dos de Hillary haciendo gala de bilingüismo al son de las mariachis; consciente de que 15 millones de votos estadounidenses hablan español. Y no conviene que nada, siquiera la empatía, se pierda en la traducción.
"Los Latinos siempre han forjado este país. Con Hillary y conmigo, todos ustedes tendrán un sitio", ha asegurado Tim Kaine, candidato demócrata a la Vicepresidencia de EEUU.
Ante el ascenso del apoyo a Trump entre los hispanos, Kaine les recuerda su políticas antimigratorias y sus desprecios. "Piensa que comunicarse con la comunidad latina es tuitear una foto de unos tacos. Es un payaso", ha considerado Kaine.
A los latinos les promete una reforma migratoria. Mientras, Obama con los afroamericanos y Bernie Sanders con los 'millenials' y desencantados. En frente, para contrarrestar y endulzar su campaña, el equipo Trump ha recurrido a su mujer, que se ha reivindicado como una primera dama conciliadora y familiar.
"Nadie valora más que yo la libertad y las oportunidades que brinda EEUU. Como mujer independiente y como alguien que llegó de inmigrante", se ha expresado Melania Trump. Comentaba así, indirectamente, las principales polémicas de su marido: mujeres e inmigración.
No obstante, Trump sigue en sus trece: "Rescindiré el programa de acogida a refugiados Sirios y mantendré a los islamistas fuera de este país, demonios", ha asegurado el candidato republicano. La campaña continúa, encarnizada, en otros estados clave como Pensilvania, Ohio o New Hampshire. Quedan cuatro días para movilizar un voto que podría cambiar la historia.