El Papa revoluciona a golpe de titular; busca reconvertir la iglesia que debe, dice él, reconocer lo que se le pide en cada momento.
El Papa Francisco lo ha hecho abriendo la puerta a ordenar curas casados para frenar la crisis de vocaciones. Deja este titular en el adelanto de su entrevista con un semanario alemán. Argumenta que el celibato no es la solución e insta a la teología a investigar sin miedos.
Dice que se debe analizar la figura de los 'viri probati', hombres casados, que ya existió en la iglesia y consistía en ordenar sacerdotes a hombres casados de probada virtud, algo así como los líderes de las comunidades.
Abre así el debate, en busca de una solución a un problema. En España, por ejemplo, la mitad de los seminaristas abandonan antes de ordenarse.