Algunos españoles también formaron parte de la historia del muro de Berlín, como Felipe Nieto, ahora historiador, pero que estuvo allí presente cuando tenía poco más de 20 años y lo derribó. "Había expectativas, pero nadie se atrevía a decir qué iba a pasar", asegura.
Decidió viajar hasta la capital alemana en cuanto se enteró de que la historia estaba cambiando. "Vimos enormes filas de gente que iban vestidos de forma distinta, muy identificables, ya que eran ciudadanos del este. Les veías pasmados allí, viendo lo que no podrían adquirir", explica Felipe.
Se refiere a las cientos de personas que decidieron dejar el Berlín soviético para conocer cómo se vivía al otro lado del muro. Alonso Álvarez de Toledo formó directamente parte del cambio, ya que en 1989 era el embajador español en Berlín y fue hasta los pies del muro en cuanto escuchó la noticia.
"Algunos decían esa misma noche: 'Mañana voy a ver a mi hermana que hace cinco años que no la veo'", relata Álvarez de Toledo. Vivió en primera persona cómo se abría el paso. Confiesa que mantuvo el contacto con el oficial que lo hizo, y años después se reencontraron: "Le pregunté que por qué abrió aquello, y entre otras cosas me dijo: 'Porque usted estaba allí'".
El cuerpo diplomático sí podía cruzar libremente el muro. Sin embargo, el resto de ciudadanos no, por lo que desde el 9 de noviembre de 1989 ya lo podían cruzar todos con total libertad.