El sindicato de pilotos Sepla ha denunciado que el accidente de Swiftair en Mali -del que se cumple el segundo aniversario y en el que murieron 116 personas- se debió a la falta de formación de sus pilotos que no supieron reaccionar a tiempo a los fallos que se presentaron en vuelo.
Según han explicado miembros del departamento técnico del Sepla, el origen del siniestro estuvo en "la formación de cristales de hielo en las sondas exteriores del avión (un MD83, propiedad de Boeing, con salida en Uagadugú, capital de Burkina Faso, y destino a Argel) provocó que el sistema de gases automáticos ordenase reducir potencia a los motores, lo que redujo la velocidad del avión".
La formación de cristales de hielo es común en las zonas hipertropicales -Mar Caribe y sudeste asiático-, donde se forman densas nubes y son habituales fuertes tormentas.
Por este suceso, el avión perdió altura y al tratar de mantenerla "el piloto automático del avión subió el morro, lo que provocó un excesivo ángulo de ataque que hizo perder la sustentación del avión, que entró en pérdida (empezó a caer) y se estrelló contra el suelo a gran velocidad", un suceso que ocurrió en la madrugada del 24 al 25 de julio de 2014 en Mali.
La tripulación -2 pilotos y 4 tripulantes de cabina de pasajeros (TCP), todos ellos españoles-, que "no había recibido entrenamiento" sobre cómo reaccionar a episodios de pérdidas a grandes altitudes, "no supo identificar el problema ni ponerle solución".