La Policía turca ha detenido a ocho personas presuntamente vinculadas con el ataque en la discoteca 'Reina' de Estambul, atentado que ya ha reivindicado Daesh. A través de un comunicado, los terroristas aseguran que el autor del ataque es un soldado heroico del califato por atentar contra cristianos que celebran la Navidad.
Las cámaras de seguridad grabaron sus primeros pasos. El sospecho, con vestimenta oscura, dispara contra dos personas antes de entrar en la discoteca. Mehmet Dag, testigo, explica que "primero disparó a un policía y después a un hombre y a una mujer".
Una vez dentro, abre fuego indiscriminadamente durante siete minutos. Con el objetivo de hacer el mayor daño posible. François Al-Asmar, libanés herido en el atentado, descibre que "disparaba hacia el suelo" y que se hizo el muerto.
Fuentes de la investigación apuntan a que se trata de un asesino profesional que habría llegado a disparar 180 balas vaciando seis cargadores. Después, tiró al suelo el AK-47 con el mató a 39 personas y dejó heridas a otras 69 y huyó aprovechando el caos.
Entre las víctimas mortales hay, al menos, 27 extranjeros. Sus familias lloran a las puertas de la morgue. Mientras, continúan los funerales de los turcos muertos y las orillas del Bósforo amanecen sitiadas por las autoridades, que han lanzado una gran ofensiva para dar caza al asesino.