¿Qué falló en el Congreso de Estados Unidos para que miles de personas pudieran asaltar un edificio que, de manera habitual, es un búnker de seguridad? La policía del Capitolio no fue capaz de detenerlos y algunos se abstuvieron de intentarlo.
La primera ruptura del perímetro de seguridad fue en el acceso: los asaltantes hicieron barricadas y accedieron al Capitolio por la avenida Pennsylvania, la que conecta directamente con la Casa Blanca a apenas un par de kilómetros.
Dentro del perímetro, escalaron por las paredes, andamios... Hasta conseguir adentrarse rompiendo puertas, cristales y todo lo que estuviera a su paso. La acción fue coordinada ya que irrumpieron de forma simultánea por el acceso este del edificio.
Todo parece derivar de una falta de previsión, buscada o no: las imágenes contrastan con las que se vieron el pasado junio durante las protestas del "Black Lives Matter", cuando centenares de miembros de la Guardia Nacional fueron desplegados en el Monumento a Lincoln ante la protesta pacífica por la muerte de George Floyd.
Tras el 11-S, la policía del Capitolio pasó de contar con 800 efectivos a 2.000. Pero durante el asalto de ayer no fueron suficientes, ya que tuvieron que requerir de más efectivos al Pentágono, que desplegó -dos horas después- a toda la Guardia Nacional.
La falta de previsión llegó al extremo a pesar de que solo en Twitter había más de 1.400 mensajes de extremistas que llamaban al alzamiento este 6 de enero. El operativo, finalmente, terminó con cuatro fallecidos y medio centenar de detenidos.
El FBI pide ayuda ciudadana
El FBI ha solicitado la colaboración ciudadana para identificar a los asaltantes que se adentraron este miércoles en el Capitolio.
"El FBI quiere identificar a los individuos que instigaron la violencia en Washington DC. Aceptamos pistas y recursos digitales donde se muestren disturbios o violencia en el Capitolio o en sus alrededores el 6 de enero", ha publicado en Twitter la agencia federal.