La campaña de Donald Trump ha iniciado una ardua batalla legal para frenar el goteo de votos republicanos en los estados 'clave'. El actual presidente ha anunciado que se querellará en Nevada, aún en pleno escrutinio, para detener el cómputo de los sufragios al asegurar que se están contando "votos ilegales".
"Creemos que hay votantes muertos que han sido contados. También estamos seguros de que hay miles de personas cuyos votos han sido contados y que se han mudado fuera del condado de Clark durante la pandemia", ha asegurado ante la prensa el ex fiscal general de Nevada Adam Laxalt, republicano.
Continuando con el fantasma del fraude electoral, el candidato a la Casa Blanca se ha negado a asumir una posible derrota y ha presentado demandas en todos los estados que podrían dar la victoria a Biden. "'¡Parad el fraude!", ha espetado en Twitter, red social en la que su opositor ha solicitado en numerosas ocasiones que no se frene el recuento.
Así, en Wisconsin, ya teñido de azul, la campaña de Trump ha exigido que se vuelva a hacer un recuento, mientras que en Michigan y Pensilvania han presentado sendas demandas para parar el escrutinio de votos. la primera de ellas, según Reuters, ya ha asido desestimada. La motivación de todas sus querellas, según los republicanos, es que sus observadores no tuvieron la oportunidad de observar las papeletas durante la votación, por lo que podría haberse llevado a cabo un "fraude".
El hasta ahora presidente ha hecho lo propio en Georgia, donde se ha sumado a un litigio para que el Tribunal Supremo detenga el recuento, exigiendo que se localicen y vuelvan a contarse los votos de algunos condados. Sin embargo, su demanda ya ha sido desestimada por un juez.
Además, la campaña de Trump ha enviado a un equipo a Arizona, estado que algunas proyecciones otorgan a Biden, para asegurar que se cuenten cientos de miles de votos por correo, según informa Bloomberg, que cita fuentes conocedoras del asunto.
Con una batalla judicial encaminada para no asumir una posible derrota, el republicano ha lanzado un rotundo mensaje por Twitter: "Todos los estados recientemente reclamados por Biden serán desafiados legalmente por nosotros por fraude electoral y fraude electoral estatal. Muchas pruebas, solo consulte los medios. ¡Ganaremos!", ha espetado a través de Twitter.
Incluso en Las Vegas, con gran mayoría republicana, los aliados de Trump alegaron, sin evidencia, que había habido irregularidades en la votación en el poblado condado de Clark.
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Para proclamarse vencedor, Trump debería ganar en los estados en los que actualmente tiene ventaja (Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia y Alaska), y aún así tendría que hacerse con el apoyo mayoritario de Nevada o Arizona, dos estados con mayoría demócrata a más del 85% del escrutinio.