Recorriendo el esqueleto de lo que será su nuevo hogar, Basema recuerda el día en que Israel decidió bombardear su casa: "Salía yo del salón con las sábanas cuando salió mi padre asustado, afónico, apenas se le oía, que salid salid, me llamaron que tenemos que dejar la casa, tenemos solo cinco minutos".
Su edificio saltó por los aires, allí lo conocen como bombardeo selectivo: Israel selecciona aquellas casas en las que creen que hay un terrorista y una llamada telefónica avisa del bombardeo inminente: "Vi a mi familia que se hundió, especialmente mis padres, porque mi padre ya tiene 70 años, todos sus ahorros los puso en esa casa, cuidaba muchísimo del jardín, mi madre tenía tres ovejas y de repente se quedaron sin nada".
Basema estaba en Gaza por casualidad, llevaba nueve años en España, decidió visitar a sus padres cuando estalló el golpe de Estado en Egipto, la frontera se cerró y tuvo que quedarse en la Franja.
Mariana nació en Carolina, Estados Unidos. Venía con sus padres de origen palestino a Gaza, a pasar las vacaciones de verano, hasta que se enamoró y se casó con un gazatí. La boda se celebró en junio de 2014, en julio estalló la guerra: "Junto a mis padres intentamos salir por la frontera israelí, pero me dijeron que mi marido no podía, por ser palestino".
Educadas en Occidente y encerradas en Gaza, reconocen que es duro sobrevivir, y más siendo mujer en una sociedad cada vez más desesperada ante la pobreza.