Las autoridades policiales han explicado que están colaborando con el personal sanitario para poder poner en marcha una investigación a gran escala sobre la muerte de la mujer y su posible relación con los 19 fetos encontrados. La joven perdió la vida en un pueblo del distrito de Sangli, cerca de la frontera con el estado de Karnataka, en el este de India.
Uno de los sospechosos es un homeópata, al que se le acusa de haber realizado abortos ilegales, con el objetivo de seleccionar el sexo de los nonatos, en el sótano de su dispensario en el pueblo. El supuesto miembro de la red ha huido de la región.
La legislación india prohíbe terminantemente al personal médico del país que comunique el sexo de los bebés a sus padres antes de que nazcan. También prohíbe que se lleven a cabo pruebas para averiguar el género de los nonatos. No obstante, el feticidio femenino es una práctica que aún tiene lugar en muchas partes de India, donde la mayor parte de las familias prefieren tener hijos varones. Por lo general, los abortos se realizan en estados extremadamente avanzados de la gestación, cuando los padres ya saben el género del bebé.
La Policía fue alertada por los vecinos de la aldea después de que la fallecida, de 26 años, perdiera la vida mientras se sometía a un aborto voluntario en la clínica-sótano del homeópata, que carece de licencia para llevar a cabo interrupciones de embarazo.