El Airbus 310 de las Fuerzas Aéreas Españolas (FFAA) con el segundo grupo de españoles evacuados de Nepal tras el terremoto que asoló el país llegó en la madrugada española a Nueva Delhi procedente de Katmandú, informó la Embajada de España en la India.
"La Emb. España en India informa que acaba de aterrizar en Delhi el avión de FFAA con segunda oleada de españoles evacuados", aseguró a primera hora de la mañana local la oficina diplomática en el gigante asiático a través de su cuenta oficial de Twitter.
Aunque no aportó más detalles, fuentes diplomáticas españolas habían informado de que embarcaría en Katmandú a 78 españoles, incluido un bebé. El lunes por la noche habían llegado a Nueva Delhi en un vuelo comercial de la compañía Spice Jet los primeros treinta y siete españoles evacuados.
Además, se espera que llegue hoy a la capital india, en torno a las 10:00 (hora local), otro avión de la compañía Spice Jet con entre 70 y 80 españoles, con lo que el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, espera dar por finalizada la operación de evacuación de los españoles.
Según el protocolo establecido, entre 50 y 52 españoles volverán hoy a España en el Airbus 310 en el que viajará el ministro, en tanto que el resto serán repatriados a España en el avión que el Gobierno -a través de la Agencia de Cooperación Española (AECID)- ha fletado con ese objetivo.
"Las noticias son buenas", destacó García-Margallo -que se encuentra de visita oficial en la India-, quien señaló que con el resto de españoles que vayan apareciendo según se restablezcan las comunicaciones se les irá repatriando en vuelos comerciales.
"Nos han robado, nos han estafado, nos han tratado como a perros"
La primera oleada de españoles que aterrizaron en Nueva Delhi tuvieron duras palabras para las autoridades del país del Himalaya, en cuya capital, Katmandú, "no hay ciudad, no hay patrimonio histórico, sólo escombro y gente muerta".
El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, recibió en el aeródromo a estos primeros 36 españoles, que agradecieron las gestiones del Gobierno para sacarlos de Nepal. Aunque dice que también han tenido que "luchar" con el Gobierno español para salir del país, reconoce que había muchas dificultades.
"Al final nos han sacado", afirma. "Ya están en casa", dijo el jefe de la diplomacia española al recibirlos en Nueva Delhi. Jonathan Herranz, un extremeño de 27 años que llevaba 19 días en Katmandú de turismo, relató que ha sido "la peor experiencia del mundo" y que están "bastante mal" tras haber estado más de 50 horas "encerrados" en el aeropuerto nepalí sin agua ni comida.
Su viaje finalizó cuando ese 25 de abril por la mañana el suelo tembló en Nepal. El taxi en el que viajaba camino del aeropuerto para coger un vuelo a Japón sufrió un accidente. "Fue un accidente con muchos coches, se nos cayeron farolas, en el coche que yo iba fallecieron dos personas", recuerda Jonathan.
"Corrí 45 minutos en shock hacia el aeropuerto. Se veían cabezas, brazos, ríos de sangre y gente muy preocupada. La ciudad está en el suelo. No hay ciudad, no hay patrimonio histórico, se ha destruido totalmente", insiste este joven español.
La Embajada española en Nueva Delhi, con Gustavo de Arístegui al frente, se encargará del alojamiento y manutención de todos los españoles, que subrayan que las condiciones en el aeropuerto de Katmandú y la atención de las autoridades nepalíes "ha sido pésima".
"Estoy orgulloso de estar en España, tener un Gobierno como el mío que por lo menos me saca de una catástrofe como esta y no intenta estafarme como Nepal. Nos han robado, nos han estafado", asegura Jonathan con lágrimas en los ojos. Y lo resume así: "Nos han tratado como a perros". Sin agua, ni comida, ni mantas, con frío y lloviendo y "con las autoridades con escopeta metiendo presión para sacar a los suyos".
"Yo soy adulto, pero había muchos niños", añade. La prioridad de las autoridades era rescatar a los indios y a los chinos. "Sólo había atención primaria para ellos. Cada botella de agua la vendían a diez dólares. Nos robaron a todos", explica.
Asegura que la ayuda humanitaria y de emergencia que ha ido llegando al país del Himalaya "no se está viendo. "La mercancía está llegando al aeropuerto y de ahí no sale", precisa. Fueron peores las réplicas que el propio terremoto, recuerda Jonathan, en lo que coincide con el montañero de Guipúzcoa Mikel Angeru, que vive en Katmandú y está casado con una nepalí.
El seísmo le sorprendió en su agencia de viajes, y justo a su lado se cayó un edificio de siete plantas. Jonathan dio en Nepal por finalizado su viaje que iba a durar seis meses más y se despide de los periodistas españoles -fue el único que quiso hablar con la prensa- con una recomendación: no viajar nunca a Nepal.
Aunque le va a costar olvidar esta tragedia, tiene un recuerdo para otros españoles que se encuentran en el Everest. "Estamos preocupados. Hay muchos españoles que no están localizados", dice.