En el spot, un hombre de raza negra con la camiseta y la cara manchada de pintura se acerca a una mujer. Ésta le hace ingerir una pastilla de detergente lo mete en la lavadora. A los pocos segundos, aparece otro hombre, un asiático blanco con la ropa perfectamente limpia.
Las críticas a este anuncio coinciden, irónicamente, con las duras palabras que Pegida lanzaba recientemente contra la última campaña de Kinder para promocionar la Eurocopa 2016. En sus nuevos envases incluía rostros de jugadores de origen extranjero, algo a lo que se ha opuesto totalmente el movimiento xenófobo alemán.