La estrategia de Rusia parece clara, a tenor de los útltimos acontecimientos: envenenar la moral de su enemigo endureciendo los ataques a civiles ucranianos. De hecho, han bombardeado y disparado hasta 43 infraestructuras sanitarias en tres semanas.
Hablamos de ataques salvajes a ancianos por que sí o bombardeos en la cola del pan. Así, organizaciones de derechos humanos hablan de una estrategia deliberada. Esteban Beltrán, presidente de Amnistía Internacional, explica en el vídeo que puedes ver más arriba que Rusia busca asfixiar y poner en fuga a la población y a quienes la socorren con hambre, miedo y muerte.
La población siria ya advirtió en su momento. Según su experiencia en su guerra civil -aún en curso, sin resolución del conflicto- no hay lugar más peligroso que un hospital. Por eso, improvisaron enfermerías y sitios de cura bajo tierra. Ahora, Ucrania está teniendo que hacer lo mismo.