La Unión Europea cuenta, desde hace casi veinte años, con un presupuesto específico para luchar por la protección medioambiental y contra el cambio climático. Es el llamado Programa LIFE, en sus distintas denominaciones, aunque su nombre ‘técnico’ es el de Programa de Medio Ambiente y Acción por el Clima.

Los presupuestos de la Unión Europea -conocidos como Marco Financiero Plurianual, que cubre siete ejercicios- recogen desde 1992 una partida específica para este programa: se trata del único fondo dedicado por entero a objetivos medioambientales y climáticos. Esto incluye desde proteger la biodiversidad hasta avanzar en la transición a fuentes de energía más limpias o luchar contra la emergencia climática.

En total, desde su puesta en marcha hace casi dos décadas se han cofinanciado más de 4.500 proyectos. Esto ha supuesto movilizar inversiones por valor de 9.000 millones de euros y ha contribuido con más de 4.000 millones de euros a la protección del medio ambiente y del clima.

España ha sido una de las grandes beneficiarias de estos fondos europeos ya que en nuestro país se han desplegado 893 proyectos LIFE, casi una quinta parte de todos los proyectos financiados. En total se han invertido 1.555 millones de euros, de los cuales 781 millones han salido directamente de las Cuentas europeas.

Los presupuestos europeos, que negocian los líderes europeos cada siete años, han aumentado en más de un 60% la inversión prevista para el periodo 2021-2027, en comparación con el paquete aprobado para los siete años anteriores.

Hasta 2027, la Unión Europea va a destinar 5.432 millones de euros y se ha fijado como objetivo principal del periodo “contribuir a la transición a una economía limpia, circular, eficiente desde el punto de vista energético (...) y a la protección del medio ambiente y a la mejora de su calidad, así como a ayudar a frenar e invertir el proceso de pérdida de biodiversidad”.

A falta de que todos los parlamentos nacionales den el visto bueno, el Consejo y el Parlamento Europeos ya han dado la luz verde al nuevo LIFE, que en esta edición se dividirá en dos subprogramas, cada uno, a su vez, con dos categorías.

Así, en el subprograma de Medio Ambiente se encuadran aquellos proyectos destinados a la protección de la naturaleza y la biodiversidad, así como los dedicados a la promoción de la economía circular, que ya explicamos en este reportaje.

En el segundo, se encuentran aquellos enfocados a la Acción Climática: la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo, por un lado, así como la financiación de proyectos que desarrollen una transición energética más limpia. Estos últimos son una novedad del nuevo paquete financiero, ya que la UE busca promocionar la eficiencia energética y las energías renovables.

Los compromisos a los que han llegado los jefes de Estado y de Gobiernos europeos suponen un desembolso de más de 700 millones de euros cada año.

De momento, las concesiones que se han hecho siguen perteneciendo al anterior presupuesto. En la convocatoria de 2019, la última licitada, se validaron 120 proyectos con un valor de 280 millones de euros en toda la Unión Europea.

En España, se aprobaron 28 proyectos que recibirán más de 44 millones de financiación europea. Su destino: proteger al oso pardo, fomentar la cría del lince ibérico o desarrollar nuevas formas de desarrollar la economía circular, entre otros

Un oso Pardo en Asturias. FAPAS

Que España sea un gran receptor de los fondos LIFE se explica en parte porque es el país de la UE con una mayor superficie terrestre protegida: 138.000 km2 en 2018. Casi un 30% de dicho territorio está integrado en la llamada red Natura 2000, una red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad.

Además, en la península hay más de 600 especies silvestres en régimen de protección especial, 198 en peligro de extinción y 139 en situación vulnerable, lo que justifica también que España ha sido receptor de gran parte de la inversión europea.