Parece la residencia del malo de una película de James Bond: una plataforma de hormigón de 31.000 toneladas, fondeada a treinta metros de profundidad, con un helipuerto y situada en medio del mar.
Pero nada más lejos de la realidad: ese no es el centro de operaciones de una trama de espionaje internacional, sino una puntera plataforma científica que pone a Canarias y a España a la vanguardia del desarrollo científico relacionado con el ámbito marino.
La Plocan -siglas de Plataforma Oceánica de Canarias- es una infraestructura situada en la costa de Gran Canaria dedicada a la investigación en el ámbito oceánico. Cuenta con 23 kilómetros cuadrados -unos 5.000 campos de fútbol- de banco de ensayos mundial para acelerar el desarrollo de tecnologías relacionadas con la conservación del medio y también con el impulso a las fuentes de energía renovables marinas, las llamadas 'energías azules'.
"Canarias es en este momento el momento el banco de ensayo de energías renovables en el medio marino en Europa", resume el director de la Plataforma, José Joaquín Hernández, en entrevista con laSexta.
Así, este laboratorio cuenta con el atractivo canario y las instalaciones pertinentes para captar a investigadores y empresas de todo el mundo, lo que lo convierte en un "tractor" de talento que pone a España en el liderazgo del conocimiento del medio marino: desde 2012 ha trabajado con 360 instituciones de 56 países.
"La Plocan ofrece a los investigadores y empresas un lugar listo para que sus productos y servicios puedan ensayarse, mejorarse, afinarse y que puedan trasladarse a partir de sus pruebas a una fase comercial", subraya Hernández.
Una de las tecnologías más desarrolladas en su haber son los llamados 'gliders': vehículos submarinos no tripulados que permiten recoger datos sobre el océano y que cuentan con una autonomía de meses. Su desarrollo, insisten, permitirá también perfeccionar la tecnología para su uso en, por ejemplo, vigilancia fronteriza.
"Es un robot para poder observar el medio de una manera más sostenible y eficiente", define Carlos Barrera, el director del área de vehículos marinos de la plataforma.
Su desarrollo ha permitido que estos 'drones' oceánicos permitan realizar misiones capaces de atravesar el Atlántico: desde Galicia hasta EEUU. De hecho, cuentan desde 2011 con una escuela internacional que forma a sus alumnos en el manejo de estas tecnologías.
¿Qué es la energía azul?
¿Y por qué resulta tan crucial para la Unión Europea una infraestructura así? Porque se trata de un campo experimental clave para poner al conglomerado en el liderazgo de las energías renovables en todo el mundo.
Es esta la razón de que los Veintisiete hayan apostado tan fuerte por la Plocan: ha recibido más de siete millones de euros para su construcción pero, además, también la UE financió con once millones la puesta en marcha de la primera turbina eólica marina del sur de Europa en ese banco de ensayo.
Y tiene sentido. Estas instalaciones prometen un avance clave para cumplir los compromisos de descarbonización a nivel europeo: reducir la emisión de gases invernadero en un 55% para 2030, comparado con los niveles de 1990.
Una de las patas para conseguir este objetivo ha sido potenciar la producción de energías no fósiles. Desde 2004 hasta 2019, la proporción ha pasado del 8,6% al 18,9% en los Veintiocho (contando a Reino Unido, que en aquel entonces todavía pertenecía al conglomerado).
El desarrollo tecnológico es clave y también aprovechar todos los recursos al alcance. Tanto es así, que la Comisión ha diseñado una Estrategia sobre las energías renovables marinas. ¿El objetivo? Aumentar en casi treinta veces la potencia que procede de los océanos, para lo cual se ha estimado una inversión de 800.000 millones de euros.
Pero, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a las renovables marinas o la 'energía azul'? No se trata únicamente de aprovechar la energía de las olas o de las mareas, sino también de aprovechar la superficie de los océanos: el 70% del planeta.
Así, las tecnologías en desarrollo apuestan por las energías eólica y solar offshore: similar a la que se obtiene en tierra firme, pero con algunos condicionantes. La del viento se puede obtener con turbinas fijadas o no al suelo marino. En el caso de estas últimas, las plataformas 'flotan' en la superficie marina y permiten flexibilidad para orientarse buscando la dirección del viento para fomentar la potencia obtenida. Según un informe del Banco Mundial de este maño, el potencial técnico global de la eólica offshore es de 71 TW, de la cual el 70% procede de aguas profundas.
Con respecto a la solar, el desarrollo consiste en una red fotovoltaica que se coloca sobre la superficie marina y es capaz de aprovechar el mayor número de horas de luz posibles. Pero los avances no se quedan aquí: biocombustibles con algas, turbinas impulsadas por las mareas… Puedes saber más acerca de las diferentes energías azules en el resumen visual que hay bajo estas líneas.
¿Por qué esta apuesta por las energías renovables de origen marino? Porque son todo ventajas: nuevas oportunidades de inversión, crecimiento, exportación, trabajos verdes, energía más limpia y asequible…
Además, no se trata de una apuesta que parta de nuevas. No solo la Plocan alberga desarrollos en esta tecnología, sino que hay varios puntos de la Unión Europea donde se está madurando la tecnología para convertir al continente en punta de lanza del desarrollo.
La meta de la Unión es aumentar la producción de energía eólica marina desde los 12 GW de hoy en día a 60 GW en 2030, con el objetivo de alcanzar los 300 GW en tres décadas. En cuanto a la producción de renovable generada por olas y marea, los objetivos pasan por incrementar de los 13 MW actuales alrededor de 1GW en 2030 y 40 GW en 2050.
Pero siempre siendo respetuosos con el medio marino y con la estrategia de biodiversidad que han diseñado las autoridades europeas: el 30% del territorio marítimo de los 27 tendrá que estar protegido para garantizar la protección de las especies que allí viven. La esperanza para que todo esto tenga lugar se encuentra en Gran Canaria.