Europa se prepara para la gran fiesta de la democracia: las elecciones europeas, que tienen lugar cada cinco años, se celebran entre el jueves 6 de junio y el domingo 9 de junio. Los primeros en acudir a las urnas serán los vecinos de Países Bajos, mientras que el último día lo harán los ciudadanos de 20 países, entre ellos, los españoles, citados para el 9J en todo el territorio después de varios meses de procesos electorales regionales.

Entre medias está Irlanda, que vota el 7 de junio, y Letonia, Malta y Eslovaquia, que lo hacen el día 8. En Italia y en República Checa, las elecciones europeas se desarrollan a lo largo de dos días, el viernes 7 de junio y el sábado 8 de junio.

En cada país, el proceso de votación es diferente: se vota siguiendo su propio sistema electoral y su propia legislación, y es precisamente en este texto legal donde, en algunos casos, se marca la obligatoriedad del voto. En España no es obligatorio votar, ya que se considera un derecho y no un deber, pero en algunos países sí lo es.

Grecia, por ejemplo, obliga a todos sus vecinos a votar en las elecciones europeas, con pequeñas excepciones: los electores mayores de 70 años, los residentes en el extranjero o quienes se encuentren a más de 200 kilómetros de su colegio electoral el día de las elecciones no tienen que acudir obligatoriamente a las urnas. La condición de obligatoriedad no acarrea multas en este caso, sino que es una forma de incentivar la participación en los procesos democráticos. De la misma forma, Bulgaria no impone sanciones al votante, a pesar de que su ejercicio sí que sea obligatorio.

Bélgica es otro de los miembros de la Unión Europea en el que sus ciudadanos están obligados a votar al cumplir los 18 años de forma que, automáticamente, quedan registrados en el censo electoral y reciben una notificación en sus domicilios. Es más, a partir de este 9J, también tienen que hacerlo por primera vez los jóvenes que tengan 16 y 17 años, al haber entrado ya en vigor una modificación, tal y como recoge la web explicativa de este país para estos comicios. De no cumplir, los ciudadanos se podrían enfrentar a multas de hasta 50 euros, que pueden ascender a 125 si se trata de un caso reincidente.

En Luxemburgo, sin embargo, la edad en la que empiezas a estar obligado a votar son los 18. Al igual que en Grecia, los mayores (en este caso a partir de los 75 años) están exentos de esta obligación. Así, en caso de que el votante no acuda a votar sin causa justificada, se enfrenta a una multa más alta que en Bélgica: de entre 100 y 250 euros, cantidad que puede llegar a los 1.000 euros si vuelve a saltarse esta obligación durante los siguientes cinco años, según recoge la propia legislación luxemburguesa.

¿Cómo vota cada país?

Además de las diferencias en lo que a obligatoriedad del voto se refiere, en cada país miembro de la UE hay unas normas para votar. En algunos Estados, por ejemplo, se puede votar por marcando por orden de preferencia a los candidatos mientras que en otros se votan, directamente, listas cerradas (como ocurre en España). En cualquier caso, la Unión Europea sí que marca unos principios comunes que tienen que respetar todos los países.

Uno de ellos es el momento de la celebración de los comicios. Si bien cada país puede elegir el día o día en el que se desarrolle la cita electoral, siempre han de ser en un periodo estipulado de cuatro días, que van de jueves a domingo. En el caso de 2024, las elecciones se celebran entre el 6 y el 9 de junio.

Del mismo modo, el número de diputados elegidos de un partido siempre lo marcará el número de votos que recibe esa formación. Por otro lado, los ciudadanos europeos también pueden depositar su voto en otro país de la Unión Europea, así como presentarse a las elecciones de ese país. Y cada persona puede votar una sola vez. Estas cuatro normas son las comunes para todos los países, pero luego entran en juego los sistemas y legislaciones de cada uno de ellos.

Con respecto al sistema de votación, cada país escoge el que le vaya a ser propio. Por ejemplo, cada país puede elegir la organización de sus circunscripciones electorales. Y si bien en todos los países de la UE el sistema de votación es proporcional, puede haber variaciones:

  • Voto preferencial: los votantes pueden modificar el orden de preferencia de los candidatos de una lista.
  • Listas cerradas: los electores tienen que seleccionar una lista completa de un partido, sin posibilidad de excluir candidatos.
  • Listas semiabiertas o mixtas: los votantes pueden elegir a los candidatos de diferentes listas.
  • Voto único transferible: el votante elige su primera opción y después, segunda, tercera, etc. Si el primer candidato no es elegido, el voto se transfiere a su segunda opción.

En España se vota por el método de listas cerradas, igual que en Alemania, Francia, Hungría, Portugal y Rumanía. El sistema de voto único transferible se utiliza únicamente en dos países (Malta e Irlanda), mientras que el sistema más común es el del voto preferencial, que se aplica en Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Chipre, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Grecia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, República Checa y Suecia.