Teresa Ribera viene de la rama del derecho. Se licenció en esta destreza en 1992 por la Universidad Complutense de Madrid. También es diplomada en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de Madrid. Habla inglés y francés.

Hija de una mujer licenciada en Filosofía y de un reputado geriatra; Ribera se crio en la Madrid de los años 70, en el seno de una familia numerosa. Unos cuantos años más tarde, tiene su propia familia numerosa (tres hijas) y es candidata por el PSOE a las elecciones europeas. Su marido es Mariano Bacigalupo, consejero de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

De sus aficiones se conoce poco. Pero, por el contenido que publica en redes sociales, parece que es más de montaña que de playa. El verano pasado estuvo recorriendo los Pirineos. "Un gran placer haber podido disfrutar unos días del frescor de los valles, ríos y lagos, de los bosques y hayedos, y de los tesoros de la arquitectura y el románico del Valle de Arán, Boí y Taüll y el PN de Aigües Tortes", compartió en su cuenta en la red social X.

Pero la montaña es su opción para desconectar también de Madrid el fin de semana. "Sábado de lujo! Escapada matinal a la Sierra de #Guadarrama y paseo desde el puerto de #Navafria hacia #PuertoLinera por La Horizontal. #ParquesNacionales", publicó en julio de 2019. La candidata también sería conocida entre sus círculo más cercano por sus dotes culinarios, recoge Vanity Fair.

Del Cuerpo Superior de Administradores de Civiles al Ejecutivo

Más allá del senderismo y la cocina, Ribera ha publicado numerosos artículos de divulgación sobre cambio climático. De hecho, la mayor parte de su trayectoria está vinculada a esta lucha. Pero los primeros pasos los dio en el Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Allí entró con 27 años. También impartió clases en la Universidad Autónoma de Madrid. En los años siguientes, empezó a ocupar diferentes responsabilidades. En 2008 fue el de directora de la Oficina Española de Cambio Climático y en 2008 la secretaria de Estado de Cambio Climático.

En 2014 dio el alto a la dirección del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI) y, cuatro años más tarde, Pedro Sánchez la escogió para presidir el Ministerio de Transición Ecológica. En 2020 le dio mayor peso dentro del Ejecutivo con la salida de Pablo Iglesias y la convirtió en vicepresidenta cuarta.

Durante su etapa política, Ribera ha dejado huella en el Acuerdo de París de 2015 y en la organización de la COP25 en Madrid, después de su cancelación en Chile. Allí estuvo, precisamente, en la COP de 2019. En los últimos años, el Ministerio para la Transición Ecológica que ella preside ha impulsado la estrategia nacional para la protección del lobo o el compromiso de dotar al Mar Menor de personalidad jurídica para su protección ambiental, entre otras.

De hecho, con su elección, los socialistas aseguraron que ratificaban "su apuesta por liderar la transición energética en Europa", citando hitos de su gestión como la llamada 'excepción ibérica' para frenar el alza de los precios de la energía, la aprobación de la primera ley de Cambio Climático en España, la reforma del mercado eléctrico acordada durante la presidencia española de la UE o su papel en la Cumbre del Clima de Dubái para alcanzar un acuerdo sobre los combustibles fósiles.

Las prioridades de Ribera para Europa

Teresa Ribera apuesta por lograr la autonomía estratégica de Europa con la transición ecológica. Este punto, considera que hay que estar al tanto de "una reducción de la demanda de la importación de combustibles fósiles" porque "libera recursos que nos permiten destinarlos a innovación, a recualificación, a calidad en el empleo y a productividad por ser menos intensivos en el consumo de esas materias primas".

En este sentido, Ribera insta al diálogo social para que se pueda poner en funcionamiento los procesos de transformación. Asimismo, subrayó que "la industria está llamada a descarbonizarse" mientras la agricultura y otros sectores se enfrentan a grandes retos climáticos. Al hilo, señaló la importancia de atender a los territorios que estuvieron casi en régimen de "monocultivo" del carbón, lo que requiere de "estar allí, trabajar con la gente y saber cuáles son las aspiraciones, las expectativas, la manera en la que se entiende cuál puede ser el futuro".