La Policía envió a menos agentes de lo habitual y uno de los accesos se cerró, dejando encajonados a cientos de ciudadanos en una plataforma. Todo ello, a pesar de que en 2013 ya hubo caos en el mismo punto debido a que acudieron a la celebración 300.000 personas. La avalancha provocó 36 muertos y decenas de heridos.